miércoles, 24 de febrero de 2010

Un íntimo enemigo

Buen día,

Ayer por la tarde estuve tomando un gin-tonic vulgar en un pub de medio pelo con un enemigo malencarado. La tarde no mejoró con la conversación. Probó con el buen rollito:

-Vamos, hombre, creo que hablando podemos romper esta enemistad.
-Ya me conoces -procuré mostrarme firme-, somos enemigos de antiguo y sabes que soy un tío serio para estas cosas. Y en el fondo, ya sabes, soy un romántico y no quisiera estropear esta odiosa enemistad.

Reconozco que mi enemigo se esforzaba. Hasta que utilizó el peor de los argumentos:

-¿Eres de los nuestros?, porque si eres de los ´nuestros´ no tiene sentido que seamos enemigos
-Somos enemigos, ¿cómo voy a ser de los tuyos?
-No me refiero a cuestiones personales. Hablo de coincidencias de intereses, de proyectos; de afinidades de ideas. Ya sabes, de pertenecer al ´grupo´

Llamé al camarero -era un pub sin camarera- y me crujieron cinco euros por el brebaje. El de mi enemigo lo dejé sin pagar, que uno es un caballero y no quiere que le adeuden nada.

Feliz día, y cuídense de ´grupos´ donde se pueda ingresar siendo enemigos.

1 comentario:

  1. Simpático post el que nos acercas.
    Los lejanos aires me trajeron a percibir tu aroma, a visitar tu casa. Te enlazo para seguirte mejor.

    Gracias por compartir.

    Cálido abrazo.

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