Buen día,
Un caricato llamado Willy descubre el edén en una isla del caribe, y Castro su Dios.
El cómico, a quien le presumo talento para la farándula, ha demostrado una suprema necedad para las cosas de la vida real. Será que el oficio condiciona el vivir cotidiano. O será que la majadería es tan innata como el color de los ojos. ¡A saber!
Sobre el comediante ha caído el enojo y la burla de la gente de bien, de la gente normal. No es justo, esto alimenta su vanidad y ya se ve a la vera de Dios.
Propongo que haga un viaje al paraíso, a Cuba, pero sin desvelar su identidad, con el rostro ennegrecido, con los bolsillos tan llenos como los de un cubano. Trabajo de campo. Y que nos diga.
Nos dirá que el cielo existe en el Caribe, pero los malos, satán, le han echado mal de ojo.
Feliz día. Y libre.
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