viernes, 30 de marzo de 2012

Dolores


Es Lola, nuestra camarera en el Búho Bizco. Nadie conoce su edad. Todos sabemos que es joven desde siempre y para siempre. No importa la edad, no importa los años que pasen, no importan las arrugas o las canas. En cien años, Lola seguirá joven.

Se come el mundo; no lo dice, lo sabemos. Antes lo abraza con la pasión de un viernes de Dolores. El mundo se deja querer. Porque es lola, porque es una Lola, como todas las Lolas.

Felicidades a las Lolas del mundo.

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martes, 27 de marzo de 2012

Un funeral, El Príncipe de los Números y la terraza del Búho Bizco

-¿A la Iglesia dices? No hace falta, vale con el pésame. Después de todo no hemos heredado.
-¿Entonces...? Tengo libre hasta las ocho
-Estupendo. Son las siete y veinticinco, en cinco minutos nos plantamos en la terraza del Búho. La hora perfecta

La media hora que separa las siete treinta de las ocho de la tarde es el momento que Dios ideó para tomar un gintonic en la terraza del Búho Bizco. Flojito, un gintonic de media tarde, nada que ver con el último pelotazo de la noche. Con clase, ¿pillas la idea? Hacia estas reflexiones en voz alta para entonar a mi amigo, un tipo normal que se había encontrado con media hora libre a cuenta de un funeral.  Es buena gente, oficinista de los de antes; aún guarda unos manguitos en su casa. Tan buena gente que por un momento me arrepentí de llevarlo al Búho Bizco. ¿Qué va a pensar de mi cuando vea que me tuteo con Lola, Jota o Goran? Y luego está  lo de la Ricchi. ¿Podrá soportar tanta emoción y continuar luego con sus `DEBE´ y` HABER´? ¡Qué coño!, me dije, un leve sobresalto no le irá mal para acelerar su ordenado corazón de contable.

Pasaban unos minutos de las siete y media cuando llegamos a la terraza del pub. Magnífico, pensé; y con el gesto desganado de quien está acostumbrado a dejar buenas propinas, le pedi a Lola un par de gintonis mientras observaba de reojo a mi amigo. ¡Buen ambiente, eh tío!, pues tienes que verlo un viernes, está que se sale. Y seguí sacando pecho: soy íntimo de Jota, el nuevo dueño. Un tío cojonudo. Si alguna vez vienes y no hay mesa en la terraza, di que me conoces y no te faltará un rinconcito; y todo muy discreto, ya me entiendes.


Las ocho, se le acaba el recreo a mi amigo. ¡Cuando quieras, Príncipe de los Números!, le dije con esa guasa que derrocha uno los días en los que, sin saber por qué, se ha venido arriba. El Principe de los Números me hizo una discreta señal con su mano derecha al tiempo que una enigmática sonrisa se  iba dibujando en  sus labios. Sólo cinco minutos, me dijo. Y se levanto pausadamente, con una magestuosidad que jamás había visto en un contable; se irguió, alisó su chaqueta de entretiempo y avanzó dos pasos. Absorto como estaba con el Príncipe de los Números, no me di cuenta hasta ese momento a quién se disponía a saludar. 

Eeeehhh...pero...., balbuceé. Pssssiii...., siseó. 

Sí, era ella, la Ricchi, Martini Hemingway en mano. La misma Margarita Ricchi a la que sólo tengo acceso en mis sueños y mis fantasias, la mujer que mejor luce una falda de tubo y zapatos con tacón de aguja...¡y le está plantando dos besos al contable!

¿Eres su amigo?, la voz suave y decidida  de Ricchi me dejó mudo; respondí agitando la cabeza arriba y abajo. Estupendo, siguió ella, siendo así ya sabes que unca te faltará un rinconcito en la terraza del Búho Bizco. 

El Príncipe de los Números se me acercó: 
-Tranquilo, machote, está todo pagado. Quédate un ratito si quieres, yo tengo que cuadrar unos números.

Desde aquel día, siempre doy el pésame en la Iglesia

martes, 20 de marzo de 2012

Primavera según el parte

¡Ea, ya está aquí!





La primavera, ese paréntesis entre dos fuegos, dos cremàs, sanjosé y sanjuan, fallas y hogueras, ha llegado ejerciendo de estación loca y divertida: lluvia, bajada de temperaturas y nieve, últimas nieves de la temporada "en el interior de la península", según el parte.

Lo suyo, lo de la primavera loca y divertida, es arrancar con el fuego valenciano y pasar el balón a las ferias y fiestas de media España con la semana santa de fiesta común, hasta llegar a la noche mágica de San Juan. Luego el verano y ya llegará el otoño con "el inicio del nuevo curso", también según el parte.

Y no. Este año no toca. Lo que toca, además de frío y lluvia, son elecciones "históricas" (otra vez el parte) en Andalucía para ver si cuaja la permuta de la olla podrida por un gazpachito suave; luego, sin solución de continuidad,  la protocolaria huelga política al Presidente de turno y el rechinar de dientes  por la puta mala suerte de que la crisis nos pille en edad de merecer. Como si fuese la única crisis. 

Empieza ésta primavera como un vulgar otoño. Y perder una primavera, a cualquier edad, es un robo alevoso que nunca nadie nos podrá reponer. 

No es justo.

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martes, 13 de marzo de 2012

Época de ensayos

Martes trece y buen tiempo.  No casa.

-Es la primavera, jefe, que todo lo altera. Ni martestrece ni Parlamentos-bis, el sol lo arrolla todo.
-¿Parlamento-bis, eso qué es, Lola?
-No se haga el loco, Don Jota. Ya sabe que el 29 de los corrientes se reúne en sesión extraordinaria un Parlamento móvil, desmontable, de los que van de acá para allá. No es el Parlamento fetén, es uno bis que se cuela en este país de tanto en tanto.
-El 29, querida Lola, lo que hay es una convocatoria de huelga-magna.
-Que no jefe, que no. Que las huelgas son para acojonar a los patronos y meterlos en vereda, no para hacer leyes, que para eso ya están los Parlamentos. Yo misma, Don Jota, jartita ya de estar jarta, cualquier día, es un poner,  le planto una huelga como tres copazos de los caros. Que no cobro lo sé, pero a ver quién  pone las copas en la hora feliz; eche cuentas. Pero vaya, que no es el caso.

 

-Don Jota, ando algo turbado con ustedes los hispanos -Goran, exmafioso albanokosovar de nacimiento, se rasca la cabeza mientras lee- Mire, lo pone aquí, en el articulo seis seis: Las Cortes Generales representan al pueblo español y están  formadas por el Congreso y el Senado. ¿Ve?, no pone nada  de que los sindicatos sean Cortes. Y yo sé un rato de sindicatos, que ya sabe a qué me dedicaba. También dice que son las Cortes las que hacen la leyes...no entiendo, no entiendo, ¿cómo es que los sindicatos quieren hacer leyes sin ser Cortes?
-Bienvenido a España, Goran.

Tram, tram, racatatrám....piiii-pí, papa-piiiii-pí...
proom, prooo-om, proproporpróm

El sonido de las cornetas y tambores interrumpió la conversación de los parroquianos y los llevó en volandas hasta la puerta principal del local. Goran miró a sus camaradas de taberna en demanda de una explicación lógica y fue Don Próspero, el rico comerciante, quien se le acercó satisfecho

-Es la banda de cornetas y tambores de la Cofradía del Cristo de la Mala Suerte, chico. Está ensayando para Semana Santa y van vestidos de calle; cuando da gusto verlos es en la procesión oficial, tan puestos ellos con su capuchón, su túnica y su capa, sobretodo su capa, con esas letras bordadas en oro donde se lee "Patrocinado por ALMACENES MICROS-MACROS PRÓSPERO". No vendo más, pero igual amortizo algún año de purgatorio. 
-Pero mire qué hora es, Don Próspero, van a dar las doce de la noche y le dan a la corneta a todo pulmón
-Es su turno, muchacho, la hora que quedaba libre. Esta tarde ha ensayado el piquete de mis almacenes. Daba gloria verlos con sus silbatos, pancartas de colores, banderas preconstitucionales, gritos de "el pueblo unido jamás será vencido" y esas cosas. Hay que estar en la vanguardia, chico

 

-¿Y ustedes tuvieron un Imperio?



miércoles, 7 de marzo de 2012

Búho recortado

-He leído algo, Don Jota
-Cuidado, Goran, eso engancha
-Se trata de un folletín que dice Búho clausurar. He buscado y clausurar es cerrar.
-Ni caso. Conozco al tipo que lo ha escrito, gente regular. Ni caso
-Entonces, pon. Pon copa para celebrar. Y pon copa a la bella Lola y a la turbadora Ricchi. Y ponte copa tu, luz y guía de los taberneros
-¿Y dime, poeta, quién paga?
-¡Yo pago! - la voz llegó desde la mesa del fondo a la derecha, la oficina de D. Próspero, el comerciante más rico del barrio y alrededores, el hombre que comenzó vendiendo chuches en un kiosko cedido por el Ayuntamiento -"mi hermano el concejal de comercio no ha tenido nada que ver", repetía- y ahora es dueño de cinco micros-macros, que son como un macro mercado pero en micro. Cosas del marketing.
-Así sea. ¡Lola, a trabajar!
-¿Eso es que seguimos, jefe?
-Seguimos, Lola, con cambios pero seguimos.
-¿Cambios, jefe?
-Recortes, joven. Y desde ya.

Clic, clic, clic, Jota apagó algunas luces; criiic, bajó la calefacción y, cloc, giró la llave del armario de las bebidas caras. Lola palideció.

-Jefe, ¿peligra mi trabajo?
-No pierdas clientes y todos tendremos trabajo
-¿Y mi sueldo?
-Ve poniendo un letrerito bien grande donde se lea "BOTE"

Margarita Ricchi, enfundada en una falda negra y subida en unos zapatos de tacón de aguja se acerco hasta Jota con un Martini Hemingwy en una mano y el móvil en la otra

-Son los de Fomento de Bares Indecisos, Jota -y le alargó el teléfono
-¿FBI? soy Jota. Devuélvame la gramola y quédense con todo lo demás, hemos decidido continuar con el negocio.

Margarita avanzó un paso hasta rozar su cuerpo con el de Jota y acercar sus labios a la cara del espía metido a tabernero.

-Así se hace, jefe. ¡Con un par!

Y Jota creyó lo que no era.



N del A: Es cierto que Jota y yo nos conocemos. Solemos coincidir en un bar cercano a la Iglesias los días de bodas o funerales. Es nuestro refugio, es donde hacemos como que..
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